Ayer, tras algún que otro fracaso anterior, conseguí aprobar el examen teórico de conducir. Llevaba mucho tiempo arrastrándolo porque me lo he dejado varias veces y cada vez costaba más volverse a poner manos a la obra.
Hoy he tenido mi primera clase práctica. Ha sido muy emocionante, acostumbrada como estoy a ser la eterna copilota, por fin he podido ver el mundo desde el otro lado.
La clase ha tenido lugar a las 11:00 de la mañana. Al principio me pareció una hora muy temprana (a mi no me gusta madrugar y necesito levantarme con tiempo si pretendo estar receptiva) pero he podido comprobar que es una buena hora.....a esa hora los niños, salvo marcadas excepciones, están en los colegios por lo tanto es un grupo de riesgo menos del que preocuparme. Aún así quedan las madres con carrito de bebé y uno de los más peligrosos las mujeres con carrito de la compra con hojas de lechuga colgando por los laterales, estas últimas ponen el carro en la carretera con una agilidad impresionante. Desde aquí hago un llamamiento para que mañana retrasen su hora de la compra y a esa hora estén recogidas en casa, todos saldremos ganando.
Creo que cuando consiga desengarrotarme todo irá mucho mejor. Cuando he bajado del coche estaba como si viniera de hacer pesas. Si sigo así en una semana me quedo tipín.
Escrito mientras escuchaba “Precaución amigo conductor” de Perlita de Huelva