Despues del duro día de ayer necesitaba recuperarme. Tras haber dormido unas 14 horas entre la siesta de ayer y esta noche (es que la tensión acumulada me dejó K.O.)parece que ya lo he asimilado todo.
Esta tarde o esta noche pretendo convencer a mi hermana para que vayamos a un lugar apartado a conducir, porque ahora viene la segunda parte.
Yo he aprendido a conducir con un Golf TDI que no se calaba ni queriendo,que arrancaba con solo girar la llave, con un embrague que parecia de plastilina, y un freno que con sólo rozarlo dejabas el coche clavao en el asfalto......nada que ver con lo que me encuentro ahora.
El coche que tengo que conducir, por lo menos durante unas semanas, es un maravilloso Renault 5 que hace falta hacer un master para arrancarlo, el embrague está tan duro que mi hermana ha desarrollado músculos en la pierna izquierda que no sabía que existían, y el freno tiene el 90% del recorrido inservible, así que si quieres ir a Madrid tienes que empezar a frenar en Cuenca.
El coche es de la familia hace 16 años, así que le tenemos un cariño especial, tiene incluso nombre. Es el "Gran trueno". El nombre se lo puso hace ya muchos años un amigo que era poseedor de un vespino al que hacía llamar "el truenecito" (debido al ruido que hacía el tubo de escape de camión que le había puesto).
Bueno, el "Gran trueno" tiene que pasar la ITV dentro de unas semanas, pero siendo realistas, no la pasa ni de coña. En cuanto lo suban a los railes esos y le peguen dos meneos, lo poco que le queda en el sitio se le cae y chin pun. Así que hemos decidido ahorrarle ese último examen y darle una muerte digna en el mejor desguace de los alrededores. Pero yo quiero probar a conducirlo aunque solo sea una vez, que soy una sentimental.