lunes, mayo 24, 2004

QUE MALITA ESTOY Y QUE POCO ME QUEJO

Estoy en casa sola, "enferma" y aburrida.
Mis amígdalas son del tamaño de los huevos del caballo de Espartero (que por lo que he leído por ahí eran dignos de mención honorífica).
No tengo fiebre, por lo tanto para mi madre no estoy enferma y pasa de mi hasta el culo. No necesito que haga gran cosa. Bastaría con que me liberara de las tareas del hogar que por decreto tengo encomendadas....pero el termómetro se niega a sobrepasar la barrera de los 37 grados (que es la temperatura que marca en mi casa el límite entre la salud y la enfermedad).
Tú ya puedes quejarte de que te duele esto, o aquello, tener la cara desencajada, que al toser tiemblen los cimientos de tu edificio......si no tienes fiebre no estás enfermo.
Así que aquí estoy, disfrutando de todos los inconvenientes de estar potencialmente enferma y de ninguna de sus ventajas.....estas cosas sólo te pueden pasar un lunes....odio los lunes.